TRABAJO INFANTIL
miércoles, 3 de julio de 2013
miércoles, 26 de junio de 2013
viernes, 21 de junio de 2013
martes, 18 de junio de 2013
lunes, 17 de junio de 2013
Perú es el segundo país con más niños trabajadores en Latinoamérica, según la OIT
Aunque la Organización Internacional del Trabajo no dio la cifra, es mayor que la de Colombia, donde trabajan 1,7 millones de niños.
Bogotá (EFE). Cerca de nueve millones de niños y adolescentes trabajan en América Latina, con los casos más graves en Brasil, Perú, México y Colombia, en ese orden, informó hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Brasil
tiene el número más grande de niños que trabajan en América Latina, seguido por
Perú, creo que México le sigue, y en cuarta posición estaría Colombia, sin
dejar de mencionar a Haití”, señaló hoy la directora adjunta de la OIT para la
zona andina, la puertorriqueña María Arteta, quien no concretó las cifras.
La
representante de la OIT reconoció que países como Bolivia y Perú tienen una
gran población infantil trabajadora debido a la presencia de comunidades
indígenas, y les recomendó “trabajar desde la cultura, porque algunas creen que
ir a la escuela es dejar su propia cultura”.
Por
su parte, el director del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF),
Diego Molano, quien representó a Colombia junto al ministro de Trabajo, Rafael
Pardo, confirmó que en
su país trabajan 1,7 millones de niños, un número menor que en el Perú.
“Esa es una cifra preocupante, por lo que nuestra prioridad con el Gobierno es
la prevención del trabajo infantil, pero sobre todo de las peores formas de
trabajo infantil, y estamos hablando del reclutamiento forzado ilegal, de la
explotación sexual y de la minería”, aseguró Molano.
Arteta
reconoció que en América Latina y el Caribe se ha desarrollado un buen trabajo
contra el trabajo infantil, pero advirtió que aún falta mucho. “América Latina
ha hecho mucho contra el trabajo infantil, pero no podemos caer en la
complacencia, porque queda mucho por hacer, estimamos que hay nueve millones de
niñas, niños y adolescentes que están trabajando, y estos trabajos deben ser
abolidos”, aseguró.
La
representante de la OIT preside hoy y mañana en Bogotá un encuentro continental
de promoción de las prácticas para el fortalecimiento de las políticas de
prevención y erradicación del trabajo infantil en países como Argentina,
Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, EE.UU., México, Panamá, Perú y
República Dominicana.
miércoles, 12 de junio de 2013
ARTICULO(RENÉ ZUBIETA )
Hoy
en el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, las más recientes cifras respecto
al Perú dan cuenta de que de un total de 7,1 millones de niños, niñas y
adolescentes de 6 a 17 años, el 23,4% se encuentra trabajando (uno de cada
cuatro). De ellos, aproximadamente 832 mil (18,4%) tienen entre 6 a 13 años; es
decir se encuentran por debajo de la edad mínima legal de admisión al empleo en
nuestro país. ¿Las consecuencias? Ciudadanos que se mantienen y se mantendrán
en el círculo vicioso de la pobreza, perdiendo oportunidades de un mejor futuro
para sí mismos y para sus familias.
Sin
embargo, desde setiembre del año pasado, el Perú cuenta ya con una estrategia
nacional para prevenir y erradicar esta problemática hacia el 2021. El
secretario técnico del Comité Directivo Nacional para la Prevención y
Erradicación del Trabajo Infantil, Sergio Quiñones, reconoció que si bien hay
una ligera tendencia decreciente, aún se mantiene la alta incidencia de niños y
adolescentes trabajando.
Refiriéndose
a datos de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del 2011 –en los que se basa
la estrategia-, resaltó que la problemática se enfatiza en el área rural
(58,7%), principalmente en el rango de edad entre 6 a 13 años.
Y
aunque el crecimiento económico y las políticas sociales influyen en la
búsqueda de reducir las tasas de niños trabajadores, la pobreza sigue siendo
uno de los principales factores para que exista el trabajo infantil. Sin
embargo, yendo más allá de los números y temas macro, un factor que se mantiene
es la tolerancia y percepción social del fenómeno, que hace que este sea visto
como normal.
Consultados
por elcomercio.pe,
Quiñones y especialistas en el tema coincidieron justamente en que el trabajo
que se realiza para prevenir y erradicar el problema debe continuar incidiendo
también en el necesario cambio de las percepciones y tradiciones culturales que
hacen que ya no nos sorprendamos al ver a niños trabajando en zonas urbanas o
que sea una costumbre que ellos adopten las actividades de sus padres en el
campo.
CONTRA
ESA ‘NORMALIDAD’
Para Guillermo Dema Rey, especialista regional en Trabajo Infantil y Empleo Juvenil de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la problemática es también un tema de conciencia en donde todos tenemos una responsabilidad. Sin embargo, consideró que –principalmente en las ciudades- “se ha avanzado bastante” en ver las escenas de niños trabajando en las calles como una anormalidad y como algo que no se debe permitir.
“Recuerdo
la campaña de (Alejandro) Toledo en el año 2000, uno de los spots, él estaba
sentado en la Plaza de Armas con un niño lustrabotas […] Ahora sería impensable
que pueda salir un candidato presidencial con un niño limpiándole. La gente se
escandalizaría, en aquel momento nadie se escandalizó”, comentó.
Quien
también se refirió al tema fue Pilar Núñez Ulba, jefa de Fortalecimiento y
Movilización de Proniño, una iniciativa social de la Fundación Telefónica que
interviene en el entorno familiar, educativo y social del menor para retirarlo
progresivamente de trabajo manteniéndolo en el colegio. Ella sostuvo que el
cambio será un proceso más largo y apuntó a la problemática del sector rural,
en donde se busca que los padres reflexionen sobre las condiciones en las que
sus hijos trabajan y los peligros que corren.
“Para
la situación del campo es bastante más difícil, porque allí hay conceptos
arraigados muy de tradición. El Estado puede intentar ingresar a través de la
sensibilización de lo que es el trabajo peligroso […] Hay un conocimiento
arraigado, en zonas sobre todo rurales, de que el trabajo puede ser formativo
para el niño”, comentó.
TRABAJO
DOMÉSTICO
Los datos de la Enaho refieren que los principales tipos de actividades desarrollados por menores de 6 a 17 años tienen que ver con su desempeño en negocios familiares, labores domésticas, elaboración de productos para la venta, trabajo en chacras o pastoreo de animales, venta de productos, prestación de servicios (lavado de carros, lustrabotas, etc.), entre otros.
Elena
Pila Laviste, gerente de Programas Sociales para la Infancia y la Juventud de
la Fundación Telefónica, indicó que Proniño trabaja con una base de datos de 45
mil niños trabajadores en Perú, 24 mil de los cuales están en zonas rurales.
Refirió que el 60% de ellos laboran en el campo y, respecto a la minería
informal, detalló que se calcula una incidencia del 5%.
La
especialista sostuvo que el trabajo infantil “está descendiendo pero a un ritmo
más lento” en el país, pero se refirió a un escenario en zonas periféricas de
grandes ciudades, en donde las mujeres madres de familia se incorporan al
trabajo. “Lo que está habiendo es un ligero incremento en el trabajo infantil
doméstico, porque al salir las mamás a trabajar, contratan a chicas de 13 a 16
años para que hagan las labores domésticas en la casa o sus propias hijas”,
dijo agregando que esa tipología es la más difícil de detectar.
Justamente,
el informe que la OIT ha difundido en las últimas horas se refiere al trabajo
doméstico, estimando que 15,5 millones de menores de 18 años se dedican a nivel
global a esa actividad en hogares de terceros o empleadores. “El 72% de todos
los niños trabajadores domésticos son mujeres”, precisó Dema.
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